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¿Qué hago si mi hijo se chupa el dedo?

¿Estás desesperado porque tu hijo se chupa el dedo y no logras que pare? Estos consejos te ayudarán para ganar la batalla.

si mi hijo se chupa el dedo
Todos tenemos nuestras formas de relajarnos, especialmente a la hora de irnos a dormir: leer, tomar una copa de vino, un delicioso baño de burbujas, o ver un programa de televisión. ¿Sabías que los niños también lo hacen? Puede ser a través de: abrazar una mantita, un osito de peluche, quedarse dormidos mientras les lees un cuento o llevarse el dedo a la boca. Si tu hijo hace esto último y estás preocupado te decimos qué hacer si tu hijo se chupa el dedo.

Mi hijo se chupa el dedo y no sé qué hacer

 

La mayoría de los bebés lo hacen cuando aún están en el vientre materno; muchos abandonan esta conducta antes de nacer, pero algunos la conservan y la perfeccionan cuando son bebés.

De manera que, cuando un niño es pequeño, es normal que se meta el pulgar o cualquier otro dedo en la boca para relajarse, tranquilizarse o quedarse dormido. ¿Y por qué no, si siempre lo tiene a su alcance y no se le puede perder?

Aunque a una edad temprana este hábito no causa daño, es recomendable que, si notas que tu bebé lo hace, consideres sustituir el dedo por un chupón que, si bien puede causar los mismos problemas, es un hábito más fácil de romper.

Conoce: Chupón o dedo: ¿qué afecta más a sus dientes?

Afortunadamente, muchos niños abandonan el dedo de forma natural a los tres o cuatro años, cuando aún no han cambiado los dientes. Pero si tu hijo continúa haciéndolo después de esa edad, es deseable apoyarlo para que deje de hacerlo, pues se chupa el dedo  – o el chupón –  y esto le puede acarrear problemas importantes:



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·      Deformaciones de la cavidad bucal

·      Deformaciones de los dientes

·      Problemas del habla – por ejemplo, sesear o dificultad para pronunciar los sonidos de consonantes fuertes (como la “d” y la “t”)

·      Problemas de la piel – al exponerse a la humedad de la boca, el dedo se lastima con más facilidad; en algunos casos, la piel se vuelve quebradiza o puede sangrar, lo cual la vuelve vulnerable a infecciones

También: Prohibido castigar: corrigiendo malos hábitos

·      El exceso de humedad deformar la uña, haciendo que se vuelva quebradiza o se entierre

·      Deformaciones en el dedo – como la formación de callos

·      Problemas sociales – cuando los niños se chupan el dedo en público, se vuelven un blanco perfecto para que los demás niños los molesten

 

¿Qué puedes hacer si se chupa el dedo?

 

Como hemos visto, es muy importante ayudar a tu hijo a abandonar el hábito del dedo o el chupón lo más temprano posible. He aquí una algunas ideas…

  • Habla con tu hijo – es más probable que tengan éxito si él quiere colaborar en el proceso y ayuda a elegir el método que van a utilizar
  • En algunos casos, no prestar atención al problema es suficiente para superarlo, especialmente si el niño lo usa para llamar la atención – y lo consigue
  • Evita castigarlo. Usa el reforzamiento positivo: elogia a tu hijo o dale pequeñas recompensas, como leerle un cuento extra antes de acostarse si consigue no chuparse el dedo durante un tiempo acordado previamente y que irán incrementando conforme tenga éxito
Por otro lado: Pros y contras de que un bebé use chupón
  • Mide el tiempo que lo consigue utilizando un reloj de cocina y ve registrando sus logros en un calendario o un tablero que tú misma diseñes, usando tu imaginación
  • Identifica cuáles son los factores que desencadenan la conducta – si, por ejemplo, se chupa el pulgar en respuesta al estrés, identifica cuál es el problema real (en otras palabras, qué le causa el estrés) y ayúdalo a desarrollar estrategias más adaptativas para lidiar con el problema
  • En muchas ocasiones, aunque el niño decide abandonar la conducta, el hábito aparece sin que se dé cuenta. En esos casos, puedes indicarle suavemente lo que está pasando y recordarle que se detenga
  • Evita regañar, criticar o ridiculizar a tu hijo. Pueden, inclusive, desarrollar una serie de señales personales de tal manera que solamente entre ustedes sepan lo que está sucediendo y el niño pueda detener su conducta sin que los demás se den cuenta
  • Limita los lugares donde el niño puede incurrir en la conducta; puedes, por ejemplo, señalarle que cuando se chupa el dedo en escuela los otros niños se burlan, por lo que sería importante que solamente lo haga en casa – después, poco a poco, pueden ir limitando los lugares en casa (por ejemplo, solamente en su habitación) o los horarios (solamente en la noche, para ayudarle a quedarse dormido)
  • Tal vez lo más importante de todo esto es que estás involucrando al niño en la solución del problema y le transmites que estás de su lado dejarse de chupar el dedo, y que juntos son más fuertes lograrlo
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Si todas estas estrategias que has aplicado en casa no funcionan, puede ser una buena idea pedirle apoyo al dentista del niño; para algunos niños una plática con el dentista puede ser más efectiva que todos los esfuerzos de sus padres.

Existen algunos aditamentos que el dentista puede utilizar, especialmente cuando el niño desea abandonar la conducta pero no logra evitarlo, sobre todo en la noche cuando sucede de forma automática:

  • Guardas bucales – que el dentista elabora y que se ajustan especialmente a la boca del niño
  • Guardas digitales – especie de guantes que se colocan en la noche sobre el pulgar
  • Aditamentos que impiden que el niño doble el codo para impedir que el dedo llegue la boca mientras que está dormido
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Muchos padres acostumbran poner alguna sustancia picante o ácida en el dedo del niño, pero en realidad los expertos consideran que no es una buena idea; recordemos que para el niño también es un problema y que está tratando de resolverlo, por lo que colocar algo que le es molesto simplemente le producirá más ansiedad.

Algunos dentistas aconsejan aplicar un poco de vinagre en el dedo – este método es menos agresivo y no es peligroso: la idea es que el sabor diferente le recuerde al niño que está en el proceso de dejar este mal hábito.

Recuerda: no se le puede quitar a un niño un hábito que le sirve para enfrentar situaciones de estrés cuando aún no está listo para hacerlo. Además, en ocasiones, esta conducta puede ser indicadora de un problema mayor: cuando el niño chupa el dedo con demasiada frecuencia o con demasiada fuerza puede ser importante la intervención de un especialista.

No estás sola. ¡Ten paciencia! Aunque puede ser frustrante que tu hijo se chupa el dedo, recuerda que le será más fácil abandonar la conducta cuando esté listo.

 

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