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¿Cómo deben usar la tecnología tus hijos?

Guía para que tus hijos tengan una relación sana con la tecnología y sea una herramienta, más que un problema.

Cuando tienes hijos, en cierto modo, tu vida queda en segundo lugar. La llegada del bebé representa cambios físicos, emocionales y económicos. Tu pareja y tú no sólo tienen las responsabilidades de vida—trabajo, casa, deudas y emociones— ahora tienen un desafío mayor: enseñarle el mundo a una criaturita que nació con iPad bajo el brazo.

 

¿Cómo debe lidiar tu hijo con las novedades teconológicas?

 

El smartphone, una revolución

 

Los niños de ahora son nativos digitales, un término que surgió en 2001 por el autor estadounidense Marc Prensky para definir “a los niños que entienden el lenguaje de las computadoras, videojuegos e Internet”. Es decir, aquellos que nacieron y crecieron en un mundo tecnológico en donde la alarma de su hogar es un celular y no un despertador, donde ven contenidos en una tableta y no en la televisión, que leen cuentos desde un Kindle y no un libro físico y que guglean todas sus dudas en vez de agarrar una enciclopedia. Para ellos, esos conceptos no existen y para nosotros, cada vez se convierten en cosa del pasado. De hecho, ese cambio se intensificó tan sólo hace 10 años con la llegada del smartphone. Ahora, los niños tienen acceso a esta tecnología en todo momento, pero, ¿qué tan bueno es para su desarrollo?

 



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Las pantallas y tu bebé

 

Probablemente, el primer encuentro que tuvo tu hijo con un smartphone fue cuando tu pareja tomó la foto de su nacimiento. Esa, en la que estás recién parida u operada, con tubos en la nariz, bata y gorro azul, con sonrisa de haber corrido un maratón y lágrimas de haber llegado a la meta: ¡Por fin tu bebé está en brazos! La famosa foto para Facebook tuvo muchos likes y comentarios de felicidad —eso sin contar los videos grabados cuando nació—. Tal vez su primera videollamada fue al día siguiente (por FaceTime, Skype o Hangout) para que lo conozcan amigos y familiares que se encuentren lejos. A partir de ese momento sabes que tendrás que aumentar la memoria de tu teléfono. Todo bien hasta ahí.
¿Debes estimularlo con ayuda de la tecnología? A esa edad, no realmente. Tal vez has escuchado que tu bebé no debe ver pantallas hasta que esté más grande.

El televisor, la computadora, la tableta y el celular no son las mejores herramientas —aunque te desesperes— porque es el momento en que su cerebro es como una esponja que está absorbiendo todo lo que puede del mundo. Según el libro El embarazo y tu bebé, “El cerebro de un recién nacido sólo está desarrollado al 25% y durante los primeros años cambia y crece muy rápidamente. Su cerebro contiene el doble de sinapsis (conexiones neuronales) que el de un adulto y tiene una gran flexibilidad, por lo que crea conexiones nuevas sin cesar. Las experiencias que vive durante ese periodo en que su cerebro funciona a tal velocidad tienen un impacto profundo y duradero sobre su estructura, funcionamiento y rendimiento […], los niños aprenden mediante la experiencia, por lo que el mejor modo de ayudarles a desarrollar sus capacidades es hablándoles, leyéndoles, instaurando rutinas, explorando y jugando”.

 

Experiencas físicas vs digitales

 

En la serie The Beginning of Life, la doctora Patricia K. Kuhl, Co-directora del Institute for Learning & Brain Sciences de la Universidad de Washington, relata la diferencia de aprendizaje que tuvieron los bebés de entre 9 y 10 meses de edad cuando se les aplicó un estudio para aprender un nuevo idioma. En dos grupos, los bebés, que estaban aprendiendo inglés nativamente, fueron expuestos a los idiomas chino mandarín y español.

El objetivo era descubrir si los bebés podían o no distinguir sonidos y adquirir patrones sonoros (que sirven para formar palabras en el nuevo idioma). Ambos grupos recibían 12 sesiones de 25 minutos. La diferencia fue que el primer grupo usaba alumnas del laboratorio de la doctora para explicarle a los bebés; el segundo usaba un televisor. Los resultados mostraron que el primer grupo aprendió tantos sonidos en diferentes idiomas que tenía las mismas capacidades que los niños extranjeros que ya oían ese lenguaje desde hace 10 meses. El segundo grupo no aprendió nada. “Ellos se acercaban al televisor, lo tocaban, lo miraban, prestaban atención [Sin embargo], las medidas neurológicas y de comportamiento demostraban que no tenían habilidades en la lengua extranjera.

Solamente la experiencia social en vivo le dio a sus bebés y a sus cerebros el tipo de información adecuada en el momento adecuado del desarrollo”, comenta Patricia en el video. Por otra parte, Sandra Schaffer, directora de Psicoaprende y presidenta de la Fundación de neurociencias para el desarrollo Integral del individuo A.C., dijo para BB Mundo, “El niño necesita desarrollar habilidad y lo que haces al darle estos equipos desde muy pequeños es que ciertas habilidades se dejen de desarrollar: habilidades sensoriales, visoespaciales, motoras y del lenguaje de comunicación en general”.

 

Entonces, ¿están prohibidas?

 

Para Sandra Schaffer, “el problema es que ahora los niños están con este tipo de dispositivos desde los 8 o 10 meses de edad y realmente no tienen nada que hacer con eso. En esa etapa los niños necesitan lo concreto, empezar a manipular objetos. Si el niño no manipula y solo está con la tableta se va a perder una etapa de lo que necesita aprender”.

¿Qué hay de series como CBeebies, Baby TV, Trepsy el Payaso? “Eso estimula, que cante y que aprenda y el tiempo de exposición es poco. Ya a partir de los 2 años, que es donde empiezan a aprender colores y animales, que pasan a una etapa más semiconcreta, es cuando pueden usar el dispositivo, pero hay que regularles el tiempo (no más de media hora al día). El problema es que los papás lo usan para que el niño esté tranquilo”. Habrá que esperar unos años, cuando los niños crezcan, para conocer si hay efectos en el caso de videollamadas, filtros de Snapchat o selfies familiares.

 

Checa: ¿Cómo identificar si tu hijo es un screenager?

 

 Jugar es lo más importante

 

En estos días es muy común que los bebés y los niños no observen lo que hacen sus padres por estar viendo —en exceso— las pantallas. Por eso es importante que, en la infancia, el uso de la tecnología sea moderado en comparación a otras actividades. Si bien, es un hecho que nuevos dispositivos se integrarán cada vez más en el aula y en la vida de los pequeños, es necesario enseñarles lo que sucede en la vida real para que ellos lo experimenten de primera mano. “Hay una investigación que analiza ampliamente los efectos sobre la exposición a las tabletas y habla de una influencia negativa en el desarrollo cognitivo, principalmente en el lenguaje, en atención, sueño y conducta. Estamos viendo más agresividad en los niños, más problemas de inclusividad y hasta obesidad porque están sentados sin movimiento muchas horas en la tableta. Esto interfiere a nivel cognitivo, emocional y social”, comenta Sandra Schaffer.

Por eso es más importante estimular su imaginación de formas creativas y simples, desde ir a un parque y jugar a la memoria hasta usar plastilina o como también lo dice en la serie The Beginning of Life, Raffi Cavoukian, Fundador del Centre for Child Honouring: “Los niños, en sus primeros años deben relacionarse con la naturaleza y tener la maravilla y la magia del mundo tridimensional grabada en sus corazones y en sus mentes. Ninguna pantalla de computadora te dará una suave brisa de verano, ningún aroma de la primavera saldrá de la pantalla, ningún tacto que realmente te conmueva saldrá de representaciones artificiales del mundo. Aprender en el mundo real es primordial para una experiencia formativa positiva”.

 

¿Y los videojuegos y las aplicaciones?

 

Todo depende del contenido y el tiempo que les dedican a estos juegos. En la infancia, los niños se “enganchan” a estas tecnologías porque son demasiado estimulantes. “Los colores, el movimiento, las animaciones, la luz, hace que mantengan la atención por un periodo largo”, comenta Sandra Schaffer. En el caso de los videojuegos “aprenden a desarrollar habilidades psicomotoras, el movimiento que tienen que hacer al estar manipulando el juego les da ciertas habilidades visoespaciales. Lo preocupante es el tipo de juegos que ven pues no son juegos en donde el niño mantenga una actitud positiva, esta agresividad la manifiestan en su vida cotidiana, esa impulsividad, de tener que esperar llegar a la meta, les crea poca tolerancia a la frustración”. Por eso es recomendable que, al comprar un videojuego, se fijen en la clasificación, que se jueguen por tiempo limitado y que los padres o tutores se interesen y conozcan qué están jugando sus hijos. Mismo caso para las aplicaciones móviles.

Establece las reglas

 

Si bien el uso de tecnología depende según la edad, es muy importante que no pase de 1 hora al día. Según una infografía de la doctora Kimberly Young, sicóloga y fundadora del Centro de Adicción a Internet en Estados Unidos, el uso de dispositivos puede verse como una dieta y nutrición digital. “Al igual que la comida, mucho tiempo en línea puede mostrar hábitos dañinos”.

Tip: YouTube Kids es una app para niños con más de 8 millones de usuarios activos en el mundo. Encuentras tutoriales, experimentos científicos, caricaturas y contenidos para su edad.

“No podemos hablar que todo en la tecnología es negativo. Sí hay situaciones muy positivas. Lo importante es escoger por edades y por tiempos lo que los niños necesitan. Hay muchos juegos educativos que son muy buenos, [que te enseñan] desde como aprender a leer, conocer colores y animales hasta toda la parte de campos semánticos, procesos de lectura y escritura; [de forma] muy interactiva que les ayuda muchísimo a engancharse para aprender divirtiéndose”, comenta Sandra Shaffer.

RECOMENDACIÓN: Busca en línea la “Guía de Seguridad para Familias de Google”. Encontrarás consejos para entender más sobre controles parentales, entre otros temas.

 

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