Reacciones cerebrales ante los gritos
Para que dejes de hacerlo te contamos lo que los estudios recientes apuntan sobre las consecuencias que estos actos hacen en los pequeños:
- Impacta en el cerebro humano y en el propio desarrollo neurológico del niño, por lo que no importa si después de gritarle le pediste perdón, el daño ya se hizo pues fue liberada la hormona del estrés, mejor conocida como cortisol, misma que los pone alerta.
- Si tu reacción es estar gritando sin parar, la constante producción de cortisol lo llevará a un estado de alarma prolongada donde la angustia impedirá que piense claramente.
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- Los gritos producen que el hipocampo tendrá un desarrollo reducido, lo que afectará las emociones y la memoria.
- El punto de unión de ambos hemisferios cerebrales se ve afectado, reduciendo el flujo sanguíneo, afectando el equilibro emocional.
- Los estudios han comprobado que los niños que se encuentran en un ambiente con gritos, muestran conductas problemáticas.
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¿Cómo actuar?
Los expertos aseguran que es común que los adultos repitamos conductas que aprendimos de pequeños; sin embargo es momento de cambiarlo y entender que disciplinar y corregir sin lastimar, es la mejor manera de asegurar que ese niño se convertirá en alguien más sano, emocional y físicamente.
- Empieza por mantener la calma. Es complicado cuando estamos por perder el control, pero es el primer paso si el objetivo se tiene claro.
- Entiende y empatiza con el niño para crear cercanía.
- Canaliza tu ira a alguna actividad para que tampoco acumules estas emociones.
- Si definitivamente es complicado, tan sólo terminar el paso uno, pide ayuda a un experto en psicología.
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Esta nota apareció en el diario ABC.es