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¿Estás criando un niño feliz o un niño mimado?

¿Qué tipo de humano estás criando? ¿Un niño feliz o un niño mimado? Aprende las diferencias de cada uno y en qué detalles debes tener cuidado.

Una de las ideas que solemos confundir es la necesidad  de poner límites, con usar mano dura con los niños. La famosa nalgada que más que corregir, funciona para dejar una huella emocional en los críos, pero que según algunos padres, lo hacemos para no criar niños mimados. Pero, ¿en serio estás criando un niño feliz o uno mimado?

Tips para averiguar si tienes un niño feliz o uno mimado

Para empezar lo que queda claro es que si un niño es golpeado, es lo mismo que dará al mundo: golpes, violencia, un ser enojado con sus padres y por lo tanto con el mundo. Si tú le das cariño y lo educas con respeto y cariño, eso es lo que él reflejará.

Las exigencias

Un niño mimado aprende a exigir las cosas, a hacer berrinches y a manipular a sus padres hasta conseguir lo que quieren. Está acostumbrado a recibir cosas materiales como demostración de amor, y cuando no lo recibe saca su frustración mientras arma un caos a su alrededor.

Por su parte, el niño feliz aprende el valor de los pequeños detalles. Conoce los límites de sus padres y los propios. Aprende a soltar.

Los valores

¿Quieres saber si estás criando un niño feliz o un niño mimado? Fíjate en su escala de valores, si la tiene limitada y para él «mientras más le des, más lo quieres», ¡felicidades! estás criando un niño mimado.  No entiende que otro pequeño no tenga lo que desea y cuando es así, no dudará en burlarse de eso.

En el caso contrario, los niños felices crecen en un hogar donde se sienten queridos y comprendidos, saben qué es el amor, la paz, la libertad o la solidaridad. Para ellos no es importante los objetos, solamente sentirse queridos y tener comprensión.



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El carácter

Entre otras cosas que te puedes fijar para detectar si estás criando un niño feliz o un niño mimado, es poner atención en detalles como su manejo ante la frustración y la tiranía. Asocia que el enojo y la rabia van acompañados de la recompensa.

Por el otro lado, los niños felices son más sensibles, desarrolla herramientas de protección contra la frustración y posee estrategias para tener lo que quiere por sus medios y de manera independiente.

¿Qué tan comprensivos son?

El crío mimado está acostumbrado a recibir las cosas de forma inmediata, tiene poca curiosidad del mundo y no le interesa aprender y comprender. Él no pide, exige. Sin embargo, el feliz, quiere aprender y siente curiosidad de las cosas, aprender el mundo en el que vive.

Artículo original: lamenteesmaravillosa.com

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