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Pubertad: cambios emocionales y físicos explicados por la ciencia

La pubertad es una etapa en la que también se experimentan cambios de pensamiento y una necesidad de mayor independencia.

pubertos y adolescentes

Crédito: STOCK

De pronto te das cuenta de que tu hija o hijo que te veía con tanta admiración, que creían que todo lo sabías, que disfrutaban estar contigo en todo momento y ahora está cambiando porque creció y está llegando a la pubertad.

La pubertad es una etapa de cambios físicos y hormonales en la que también experimenta cambios de pensamiento y una necesidad de mayor independencia.

En ésta etapa puedes llegar a sentir que te cambiaron a tu crío por otro que ya no conoces y es que no solo cambia su cuerpo, estatura, hormonas o la voz se le pone más grave; su cerebro también experimenta una transición que no ves y es esta la que hace que parezca que no entiendes nada.

En esta etapa de su vida hay áreas del cerebro que comienzan a conectarse y otras que ya no necesitará y funciona como si fuera una poda. 

Ahora lo ves muy grande y seguro y te gustaría que su comportamiento y madurez fuera creciendo igual que su cuerpo, que fuera maduro, sensato, responsable y tomara las mejores decisiones, y aunque su cerebro también ha crecido en tamaño, (en las niñas alcanza su dimensión alrededor de los 11 años y en el niño alrededor de los 14) aún sigue en desarrollo y aún no está maduro.

Hacer planes, organizar, evaluar el comportamiento, autorregularse, anticipar, tomar decisiones; establecer metas e iniciar y finalizar tareas son actitudes de las que se encarga una parte del cerebro que se encuentra en el lóbulo prefrontal, justo detrás de la frente y termina de conectarse entre los 25 y 30 años, así que aquí está la respuesta a muchas de sus conductas.



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Emociones en la pubertad

Cambios emocionales: cuando un puberto experimenta emociones, todo se sentirá magnificado, ya que el sistema límbico que se encarga del manejo de las mismas está hiper-reactivo, lo que induce a la conducta y por otro lado, la corteza prefrontal de la que acabamos de hablar está inmadura, por lo que no frena la conducta y de ahí viene que estén contestones, exageradamente alegres, enojados, tristes, etc.

Hormonas: Por si algo hacia falta, también en la pubertad hay cambios en las hormonas sexuales y éstas comenzarán a estar a flor de piel y como lo dijimos antes, con una corteza cerebral prefrontal inmadura para tomar decisiones razonadas y un sistema límbico hiper-reactivo que induce a la conducta, que pocas veces se puede regular y por tanto, es de vital importancia informar, hablar, guiar y acompañar.

Sentido de pertenencia: En la etapa de la pubertad es importante que los hijos se sientan parte de un grupo, porque la parte del cerebro que se encarga de esta necesidad humana es él área tegmental ventral y es cuando los pubertos y adolescentes se sienten aceptados y liberan dopamina, que es un neurotransmisor que está presente en la expresión de las emociones y al liberarse, activa en el cerebro el circuito de recompensa, que hace que reproduzcamos una y otra vez las conductas que nos hacen sentir bien para repetir esa sensación.

Sin embargo, cuando tu hijo o hija no se siente parte del grupo, se generan déficits en este neurotransmisor y puedes percibir que está triste, con desgana o que presenta cambios de conducta a los que, como papás, deben poner atención. 

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Esta necesidad de pertenecer hace que en ésta etapa de pubertad y adolescencia pueda llegar a tomar decisiones que no son las más convenientes con tal de ser parte de un grupo.

De hecho, esas malas decisiones podrían ser vistas como una norma casi imposible de no realizar por lo que es muy importante fomentar valores, darle seguridad y enseñarle a que decir no es mucho más valiente que llegar a ponerse en riesgo.

Durante la pubertad no siempre será fácil hablar con tu hijo sobre los cambios hormonales y/o físicos que experimentarán. Pero es clave crear buena comunicación, para que puedas explicar cómo funciona su cerebro y así sea más sencillo que entienda sus emociones.

No olviden que, como papá y mamá de un hijo en la pubertad necesitan ser un buen acompañamiento para que tome buenas decisiones, pero que sepa que también es válido equivocarse y que al hacerlo está aprendiendo.

En la pubertad, un hijo necesita balance entre independencia y supervisión, por eso es importante platicar de cualquier tema de forma clara y puntual, sin que sea un regaño o juicio. 

Alejandra Angers Franzoni es experta en Comunicación Humana, Aprendizaje, Neurospicologia, Conciencia Plena Aplicada y Creadora de Leopa.

 

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