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Test: Mitos y realidades de las hormonas en la pubertad y la adolescencia

La pubertad es una revisión de los cambios físicos, psicológicos y de comportamiento (2018) explica la Academia Estadounidense de Pediatría. 

hormonas en la pubertad

Crédito: hormonas en la pubertad

Un estudio del National Institutes of Health explica que las hormonas en la pubertad se pueden ver influenciadas por una serie de factores como genética y hasta la alimentación.

La pubertad es una revisión de los cambios físicos, psicológicos y de comportamiento (2018) explica la Academia Estadounidense de Pediatría.

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En México, la edad promedio de la primera menstruación: 13 años en 1940 y 11 años en el 2000.

La melatonina, la hormona que produce el sueño, se libera más tarde por la noche en el cerebro de los adolescentes y permanece durante más tiempo al día siguiente, por eso no suelen tener sueño hasta después de las 10 de la noche.



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Un estudio conjunto de las universidades de Pittsburgh, California-Berkeley y Harvard encontró que:

  • El cerebro adolescente se apaga cuando alguien comienza a regañarlo.
  • Los adolescentes que discuten con sus padres tienen mejores formas de poner límites a otros a futuro que los que no.
  • En los adolescentes, el cerebro está conectado para dormir más tarde, porque en ese momento produce melatonina y no están 100% despiertos en las primeras horas de la mañana.
  • Las palabras agresivas tienen los mismos efectos emocionales negativos en el adolescente que la disciplina física, lo que conduce a un comportamiento antisocial y agresivo.

Respondan: ¿mito o realidad?

1. Los hombres crecen hasta los 21 años.
Realidad.
Aunque algunos hombres pueden seguir creciendo a los 20 años, los cartílagos de crecimiento de la mayoría de los hombres se cierran a los 21 años.

Es poco probable que los hombres crezcan después de los 21 años, salvo algunas excepciones.

En un patrón de crecimiento sano, el hueso aumenta de longitud gracias a los cartílagos de crecimiento del hueso, denominados epífisis.

2. Las niñas dejan de crecer en cuanto tienen su primer periodo menstrual.
Mito.
Las niñas crecen a un ritmo rápido durante la infancia y la niñez.

Cuando llegan a la pubertad, el crecimiento vuelve a aumentar drásticamente.

Las niñas dejan de crecer y alcanzan la estatura adulta a los 14 o 15 años, es decir, un par de años después de que empiece la menstruación.

3. El crecimiento debe ser vigilado de forma regular.
Realidad.

Los adolescentes con retraso constitucional del crecimiento crecen a un ritmo normal cuando son más jóvenes, pero se retrasan y no inician su desarrollo y su estirón hasta después que la mayoría de sus compañeros.

A las personas que tienen retraso constitucional del crecimiento se las suele llamar «tardías» (late bloomers).

4. La natación y el basket te hacen crecer, pero la gimnasia y el ballet te dejan bajita/bajito.
Mito.

Un estudio realizado en 2007 por Marta Erlandson siguió el crecimiento y la maduración de gimnastas, nadadoras y tenistas adolescentes hasta la edad adulta.

El estudio descubrió que el entrenamiento intensivo en cada uno de los tres deportes no cambiaba el ritmo de maduración ni el crecimiento físico.

Lo que tienen en común los hijos de gimnastas o de basket: papás altos o bajos.

5. Los niños no pueden cargar peso.
Mito.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) ha llegado a la conclusión de que, contrariamente a lo que muchos creen, un entrenamiento de fuerza adecuado no frena el crecimiento.

La AAP recomienda el entrenamiento de fuerza para niños a partir de 8 años como una forma segura de desarrollar la fuerza y mantenerse en buena forma física.

Cargar peso siempre deberá ser supervisado para evitar lesiones.

6. Ser delgado automáticamente te asegura tener un buen estado nutricional.
Mito.

Si el adolescente no hace suficiente ejercicio y no come bien, tener un peso saludable no siempre significa que esté realmente en forma y sano.

El objetivo de todos los padres debería ser ayudar a sus hijos a adoptar hábitos saludables desde ahora, para que puedan evitar problemas de salud como la diabetes y los problemas cardiacos relacionados con la falta de forma física.

7. Los niños necesitan dormir mucho para crecer.
Realidad.

Una sola noche sin dormir no frena el crecimiento. Pero a largo plazo, el crecimiento de una persona puede verse afectado por no dormir las horas necesarias. Esto se debe a que la hormona del crecimiento se libera normalmente durante el sueño.

Si el adolescente duerme muy poco (lo que se conoce como «privación del sueño»), las hormonas en la pubertad también se relacionan con el crecimiento se suprime.

La falta de sueño también puede afectar a otras hormonas: los estudios demuestran que la falta de sueño está relacionada con la obesidad y la diabetes.

El cerebro en desarrollo de un adolescente necesita entre ocho y diez horas de sueño cada noche.

8. Si los papás son bajitos, los hijos necesariamente serán bajitos.
Mito.

Los padres bajos pueden tener un hijo alto.

Alrededor del 80% de nuestra estatura está predeterminada por nuestro ADN.

Pero hay muchos más factores a tener en cuenta que la estatura de los padres: patrones de sueño, alimentación, ejercicio, ambiente.

9. Si los niños comen mucho, crecen más.
Mito.

Presionar a los niños para que coman más alimentos o ingieran mayores cantidades de vitaminas, minerales u otros nutrientes, no aumentará su estatura y puede provocar problemas de peso.

10. Los dolores de crecimiento son normales.
Realidad.

Los dolores de crecimiento son dolores musculares reales pero esencialmente inofensivos que pueden afectar a niños de entre tres y cinco años, y de ocho a once años.

Afectan por igual a niños y niñas.

Algunos jóvenes pueden seguir padeciendo dolores de crecimiento hasta los primeros años de la adolescencia o la adolescencia.

11. Es normal que los niños se fracturen.
Realidad.

Los huesos de los niños tienen más probabilidades de doblarse que de romperse por completo porque son más blandos.

El 66% de todas las fracturas durante el crecimiento se producen en niños y adolescentes que se fracturan en más de una ocasión, lo que sugiere que ciertos niños pueden estar predispuestos a fracturarse.

12. Quienes fueron bebés prematuros o de bajo peso necesitan seguimiento con el endocrinólogo.
Realidad.

El nacimiento prematuro altera el suministro metabólico-endocrino del neonato inmaduro. Esto podría provocar graves deficiencias cardio-pulmonares, metabólicas y endocrinas.

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