La zona final del intestino grueso (que se conecta con el recto) recibe el nombre de colon. Éste se encuentra cubierto en el interior por una mucosa que lo protege y la cual, si se inflama, provoca la aparición de diarrea, heces acompañadas de sangre y dolor abdominal intenso; todos síntomas de colitis.
Una de las principales causas de la colitis nerviosa es vivir frecuentemente situaciones de estrés y nerviosismo, pues estos trastornos emocionales producen contracciones en los músculos del intestino grueso, aumentando con ello su sensibilidad ante la presencia de gas y los movimientos del sistema digestivo.
Principales síntomas
- Diarrea (más de 3 evacuaciones al día)
- Estreñimiento (menos de 3 evacuaciones a la semana y heces duras)
- Inflamación en el recto (tener que esforzarse para evacuar o tener la sensación de una defecación incompleta)
- Dolor abdominal, acompañado de calambres, a causa de contracciones intestinales producidas por la inflamación.
- Fiebre, fatiga, pérdida de apetito y de peso
- Debilidad
- Gases intestinales
- Calambres abdominales
Causas
- Consumo de grasas animales, leche y sus derivados, comidas picantes y azúcares
- Presencia de virus o de parásitos como amebas
- Mal manejo de estrés y nerviosismo
- Medicamentos que lastiman la mucosa del intestino, como los antibióticos que en algunas personas provocan inflamación, debido a que las sustancias que contienen alteran el equilibrio entre las diferentes clases de bacterias que se encuentran en el intestino, permitiendo la reproducción de microorganismos que causan enfermedades.
Tratamiento
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El médico debe determinar la causa que origina la colitis para indicar el tratamiento más adecuado en cada caso, pudiendo ser:
- Cambios en los hábitos alimenticios: se debe reducir o evitar el consumo de alimentos irritantes a la mucosa del colon, los que son difíciles de digerir o los que causan exceso de gases, como azúcar refinada, cafeína, grasas (manteca, chocolate, frituras), lácteos (leche, crema y queso), bebidas gaseosas, picantes, condimentos artificiales, coliflor, lechuga.
- Llevar una dieta saludable con alimentos ricos en fibra y abundantes líquidos.
- Evitar el consumo de alcohol y cigarro.
- Evitar situaciones de estrés y enojo, o bien, manejar las emociones para evitar daños en la salud.
- Medicamentos (antibióticos y antiparasitarios).