¿Eres mamá superpoderosa?
Este fenómeno se conoce como Hiperpaternidad y consiste precisamente en ejercerla de manera exagerada, de darles todo, de sobreprotegerlos física, emocional y socialmente.
Después de todo este esfuerzo, se supone que los niños de esta nueva generación son mejores, más sanos y equilibrados. Sin embargo son niños con muy poca tolerancia a la frustración, irritables, exigentes y con muchos miedos. La nueva fórmula educativa no está funcionando y es necesario hacer ajustes. Esto puedes hacer:
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
- Usa tu intuición. Aunque existan muchos libros con consejos, nadie conoce mejor a tus hijos que tú. Si tu intuición te dice que no debes comprarle un juguete, aunque todos sus amigos ya lo tangan debes ser valiente y atreverte a ir contra la corriente consumista. Confía en ese sexto sentido que te dice como debes actuar, aunque la “teoría” diga lo contrario.
- Déjalo fracasar. Los pequeños fracasos que viven resultan ser las mejores enseñanzas para crecer. No hagas por ellos lo que pueden lograr solos, aunque les cueste trabajo.
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- Terapia de aburrimiento. Elige una tarde a la semana en la que no tengan clases o terapias. Es muy importante que los niños sepan entretenerse solos, pero para ello deberán primero sentirse muy aburridos y ese malestar será el motor para buscar algo en que ocuparse. Esta terapia ha funcionado por siglos y es la que ha generado los mayores descubrimientos en la historia.
- Reparte tareas en casa. Los niños necesitan aprender a ser responsables con acciones y no con sermones. Pídeles tareas simples en casa y no esperes que las hagan a la perfección desde el principio. ¡Ten paciencia!
- Cambia regalos materiales por tiempo de calidad. Los niños aprecian mucho el juego más simple si papá o mamá lo juegan con ellos. Mas que juguetes los niños y niñas solicitan atención positiva. Una lotería, unas canicas cobran una gran importancia si involucran a alguno de los padres.
La sociedad te va a presionar para que tus hijos no sean los únicos que no tienen tal o cual novedad del mercado. Recuerda que tu obligación es formarlos a ellos en valores y no complacer a los demás.
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- Sorpréndelos portandose bien. La mayoría de los padres nos detenemos para marcar errores, pero pocas veces lo hacemos para marcar aciertos. Cáchalos portándose bien, siendo amables con el hermano, cediendo su dulce o tolerando la espera. Solo así entenderán qué conductas esperas de ellos y no sólo las que quieres evitar.
La autoestima de tus hijos no se sostiene por los bienes sino por los afectos. Quítate la capa de mama superpoderosa, tus hijos te quieren con tus defectos y virtudes.
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