Ser un buen padre no significa que eres su mejor amigo. Un buen papá o mamá sabe cuándo y cómo poner límites, escucha, se interesa y mantiene una comunicación efectiva y afectiva con sus hijos. Mira:
Leonard Sax, escritor de varios libros sobre paternidad, familia y crianza, cree que la paternidad se ha ido por el lado empático por miedo a parecer autoritario. Esto no quiere decir que no debas sentir empatía con tu hijo, sino que no hay que olvidar que tu figura es de autoridad y que esa misma es la que le dará seguridad a tus hijos toda su vida. Sólo tú puedes decidir que tan «barco» o «autoritario» ser, pero ninguna de ellas debe evadir la disciplina que representas.
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El Dr. Sax argumenta que:
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Los papás de hoy en día tienen una confusión de rol: creen que mientras más felices sean sus hijos, mejor labor están haciendo. Pero esto no siempre es así. Los papás deben entender que sus hijos llegan inmaduros para el mundo, y su labor es prepararlos y guiarlos «por el buen camino» aunque a veces no los haga en ese momento felices.
Los niños (para ser felices) quieren papás que los dejen ver televisión hasta tarde, jugar Pokemon Go sin hacer la tarea, comer Cheetos antes de la cena y tener su cuarto tirado hasta el límite. ¿Realmente es lo que tú quieres para ellos?
Para que seas el papá que tus hijos necesitan,
- Enséñales que hay reglas dentro y fuera de casa que deben seguir de acuerdo a tu forma de educar – sin importar que te digan «cuánto te odio, mamá»
Te interesa: Si te dice te odio lo estás haciendo bien - No críes para ser una mamá querida o un papá amado, cría porque eres mamá o papá. Si tu relación con tus hijos se basa en el hecho de que quieras que te amen porque eres bueno con ellos, no sucederá.
- Pasen tiempo juntos, pero conviviendo. Estar en la misma habitación sin dirigirse la palabra no es «pasar tiempo juntos». Platiquen de su día, cenen juntos, hagan una cita sólo para ustedes.
- Dejen los aparatos electrónicos cuando estén juntos. No necesitan jugar Candy Crush o ver Peppa Pig mientras desayunan.
- Conoce a tus hijos. Pero para hacerlo, no los entrevistes. Mejor platícales cómo estuvo tu día, qué hiciste, cómo te sentiste. Evita las preguntas sí-no para que tengas respuestas que den a más temas de conversación.
- Y sobre todo, marca límites. Aunque tus hijos te digan que «Eres la peor mamá del mundo» en un futuro te lo agradecerán. Mira el Consultorio con Vidal Schmill o el consultorio de Familia feliz con Juan Pablo Arredondo para que te des una idea de cómo.
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