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Cómo ser papá orgulloso no te hace menos hombre

Gritar a los cuatro vientos que eres un papá orgulloso, no te hace menos hombre. Dile adiós al típico macho y dale la bienvenida a las nuevas paternidades.

papá orgulloso no te hace menos hombre
¿A cuántos de ustedes, papás, los han criticado y –secretamente- envidiado, por ser un mandilón porque su accesorio principal es una carriola o una cuna portátil? Olvídate de esto y mejor entérate cómo ser papá orgulloso no te hace menos hombre.

¿Te da pena gritar que eres un papá orgulloso?

 

Ser un papá trendy significa que has entendido que ser un papá orgulloso portador de pañaleras no te hace ser menos hombre, sino todo lo contrario. Te has dado cuenta que jugar con tus hijos y ayudar en casa te hace ser un hombre increíblemente irresistible y lo disfrutas… Entonces, ¿porque lo sigues negando durante el jueves de chelas y billar?

El club de Toby como lo conocemos por La pequeña Lulú, desde nuestros papás o tal vez nuestros abuelos. Siempre ha sido la manera de referirnos al momento en que estamos puros hombres machos, ya sabes: fuerza bruta, cigarros y unas chelas, siempre “tragos de hombres” (¡Ni se te ocurra ordenar una margarita!, porque aunque a todos se les antoje, nadie la pide porque eso es niñas).

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La conversación, por supuesto, debe ser: ¿qué tan exitoso eres en los negocios?; ¿qué tanto ha terminado tu independencia desde que te “amarraron”?, y las travesuras de la juventud, en donde parece que tenemos que revivir constantemente nuestros años mozos, porque nuestra vida ahora es “monótona”. Pues ¿qué crees?, la mía ¡NO! Y te apuesto que la tuya tampoco. Que aunque las anécdotas han cambiado de tono o de contenido, algunas veces son más simpáticas y trascendentes que aquellas donde te la pasabas de antro en antro.

Cuando he platicado con amigos que ya son papás, de frente a frente (es decir, sin estar en el club de Toby, porque ahí aparentamos roughness), me he dado cuenta que a nosotros también nos gusta platicar las travesuras de nuestros hijos, los éxitos de nuestra descendencia. Que a veces quiero preguntarles si algún otro papá le paso lo que a mí con mi hijo cuando le cambiaba el pañal le bebé, le pipí en la carini, sí exactamente, fue un momento traumático, pero ya van dos años y se volvió de los mejores recuerdos con mi esposa (obviamente ella lloraba de la risa y no me pasó ni media toallita húmeda).



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Me he dado cuenta que nosotros tenemos miedos, inseguridades y es frustrante estar siempre en pose de Súper héroe, de hombre todo lo puede, que no sólo a las mujeres le dan miedo las cosas… Conozco hombres que le tienen miedo a los pájaros, a las arañas y hasta las abejas, ¡aunque no lo crean!

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Creo que por ser hombres, no deberíamos tener -por añadidura-, la habilidad de cambiar focos, cambiar llantas o arreglar una cerradura. Es verdad que a muchos de nosotros nos encanta cocinar, ver series y hasta escribir, sí escribir…. Y que muchos de nosotros no le entendemos ni mad%&/# al futbol o ni siquiera algún otro deporte. Por eso la mayoría parecemos comentaristas frustrados y repetimos lo mismo, para seguir siendo parte del juebebes: nuestro espacio, nuestro escape; porque sí, está bien tener tu espacio y ver a los amigos. Hay estudios que demuestran que es bueno para la salud y el sexo con tu pareja.

Pero precisamente ese es mi punto… ¿Porque si es nuestro espacio no podemos ser nosotros?, hablar de lo que nos interesa, de lo que ya estamos viviendo, pero espera… NO te estoy diciendo que los jueves con los compas se conviertan en el café de las esposas, tampoco me interesa eso. Pero que dejemos a un lado los complejos de sentir que ser papá orgulloso debe orillarnos a conversaciones absurdas, muchas veces machistas y que de vez en cuando te animes a platicar de lo que en verdad te hace sentido, lo que te hace feliz… si son tus hijos los presumas, si sigues enamorado de tu esposa te sientas orgulloso, si no te ha ido bien en la chamba te arriesgues admitirlo, si no te gustan algunos comentarios misóginos los defiendas, que te atrevas a redefinir esa hombría y sobre todo ese machismo que hemos venido cargando desde ya hace muchos años.

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Que ser hombre ya no es solamente tener pelo en pecho, tomarte un tequila derecho, ni subirte a un caballo y aparentar saber montarlo… ¡NO! Amigos, dudes, compas, el güero, el lanchas, el papalord… Ya no tenemos que hacerlo, créeme te sorprenderás de cómo tu esposa, sobretodo tu familia y tus verdaderos amigos no sólo apoyan esta nueva masculinidad y paternidad, además la aplauden, fomentan y te hacen sentir más hombre, más que nunca.

No tienen idea lo satisfactorio que es empezar a vivir de esta manera y atreverse a gritar ¡Soy un papá orgulloso! Al principio sí es un riesgo y tienes que hacerlo con seguridad y valentía, así como Hidalgo se atrevió a salir como todo un valiente a montar un caballo, portar un estandarte y cambiar la historia de nuestro país, junto con muchos otros caudillos, guerreros y valientes pecho plateado… Creo que se apoderó de mí el sentimiento nacionalista que aparece este mes en todos los mexicanos, pero creo que entendiste el punto.

Puedes cambiar tu historia y la de los hombres de tu familia, puedes independizarte también de un rol de macho que ya no te hace tanto click y de vez en cuando inspirarte y gritar ¡VIVAN LAS TOALLITAS HÚMEDAS! (porque sí, admítelo, desde que eres papá sabes que es el mejor invento del hombre en el mundo).

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