Lo ideal es que ambos compartan las responsabilidades económicas y emocionales para hacer más fácil y efectiva la crianza de los hijos. Considera que los niños necesitan que tanto tú como tu pareja jueguen con ellos, los eduquen, abracen y aconsejen.
Si te es difícil asumir un papel que aún no conoces o bajo el cual no fuiste educado, sigue estos consejos:
- Infórmate. Lee para conocer las necesidades físicas y emocionales de tu hijo en cada etapa de su desarrollo
- Reconcíliate con tu infancia. Toma lo mejor de ella y no repitas patrones de conducta dañinos o métodos correctivos muy rígidos. Busca ayuda profesional si lo necesitas
- Escúchalo. Pon atención a lo que te dice con sus palabras y acciones. Los niños son muy honestos y transparentes con lo que sienten y piensa
- Valida sus sentimientos. Respeta lo que le afecta y no menosprecies sus inquietudes. Sus batallas pueden parecer pequeñas pero son tan grandes y válidas como las tuya
- Crea empatía. Hazle saber que entiendes lo que está sintiendo. Por ejemplo: si lo ves triste, dale un abrazo; si está contento, dile lo feliz que estás de que se sienta bien
- Ayúdalo. Sé paciente y explícale cómo hacer las cosas, involúcrate en su tarea, proyectos y entrenamientos. Tu apoyo hará una enorme diferencia
- Celebra sus logros. Tus aplausos, porras y felicitaciones le otorgan valor a sus medallas, trofeos o diplomas
- Participa en sus juegos. Déjalo que te gane y ¡diviértete! La idea es que sumen momentos de calidad juntos
- Edúcalo con paciencia. Acompaña cada orden o regaño con una explicación para que entienda el por qué de las cosas y aprenda a distinguir más rápido lo correcto de lo incorrecto
- Haz acuerdos con tu pareja. Establezcan límites y respétenlos para no mandarle un doble mensaje
- Dile cuánto lo quieres. Jamás subestimes el poder de un “te amo”, ten por seguro que nutrirás su autoestima y alegrarás su día. Checa ideas para hacerlo sentir especial.
La forma en la que hombres y mujeres disciplinan y muestran afecto es distinta. Usen esa diferencia a su favor para aprender uno del otro y mejorar la relación con su hijo. Recuerden que un niño que se siente bien, ¡se comporta mejor!
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