Si tenías duda en
ir a brindar con tu pareja, hoy te damos un motivo para acostar a sus hijos temprano y que ambos disfruten una rica copa de vino.
En cambio, aquellas parejas en las que solo uno de los dos bebía, eran más propensas a presentar problemas maritales.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron una encuesta a casi 3,000 parejas que habían estado casados durante un promedio de 33 años.
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Después de cuestionarles sus hábitos (cuántas veces a la semana bebían, cuántos tragos tomaban y si lo hacían juntos), se descubrió que las personas
que bebían una copa con su pareja, reportaban mayor estabilidad en su relación. Lo mismos resultados tuvieron aquellas relaciones en las que a ninguno de los dos les gustaba beber,
pero se daban el tiempo para compartir una cena u otra actividad.
Aquellas parejas donde sólo uno de los dos bebía o tenía problemas de alcoholismo, demostraron que su relación era mala y vivían constantes periodos de estrés.
Lo que aclaran los investigadores es que su estudio no es sinónimo de que las personas deban cambiar su forma de beber o caigan en el alcoholismo para que su relación sobreviva. Simplemente, se trata de encontrar el tiempo para compartir algo divertido y relajante con su pareja.
Kira Birditt, autora del estudio, afirma que la felicidad y estabilidad en el amor, no alcanza a las parejas en las que hay problemas de alcoholismo, pues eso es algo completamente distinto a compartir solo unas copas.
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