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Así como tú no naciste sabiendo ser mamá o papá, los niños no nacen sabiendo regular sus emociones. En etapas como la infancia media o la adolescencia temprana, las respuestas retadoras pueden ser parte del proceso de buscar autonomía.
Haz esto cuando tu hijo de conteste mal
1. No le contestes igual de grosero
Aunque te den ganas de gritar o responder igual, recuerda que tú eres el adulto. Si le devuelves el mal tono, solo estarás cayendo en un ciclo de nunca acabar. Respira hondo y habla firme, pero con calma.
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2. Pon límites claros y con sentido
Puedes decir algo como: “Entiendo que estés molesto, pero no te voy a permitir que me hables así”. No hace falta gritar ni amenazar. Solo mostrar que hay una línea que no se cruza.

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3. Detecta si hay un patrón detrás
¿Siempre te contesta mal a la hora de dormir? ¿Después de la escuela? A veces lo que parece mala actitud es solo cansancio acumulado o necesidad de atención.
4. Modela lo que quieres ver
Si tú hablas con respeto incluso en momentos de tensión, tu hijo aprenderá a hacerlo también. Tarde o temprano.
5. No lo tomes como algo personal
Aunque duela, no es contra ti. Los niños muchas veces descargan sus emociones con quien más confianza tienen: tú. No significa que esté bien, pero entenderlo te ayuda a mantener la calma.
¿Y si no mejora?
Si el maltrato verbal es constante, si notas cambios drásticos en su comportamiento o si sientes que ya no puedes manejarlo sola, pedir ayuda profesional no es exagerado. Un psicólogo infantil puede ayudarte a entender qué hay detrás y cómo abordarlo.
Fuente: The Whole Brain Child