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La tele: ni nana ni enemigo

Mitos hay muchos, pero la televisión no es tu enemigo. Aprende a utilizar sus contenidos a tu favor.

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Que hace más agresivos a los niños, no los deja pensar, contribuye a la obesidad infantil, y hasta les dice qué juguetes deben desear… De la televisión se han dicho las peores cosas y podríamos llenar bibliotecas enteras con estudios e investigaciones al respecto. Pero en lugar de continuar con la cacería de brujas, ¿por qué no mejor tomamos el control para sacarle el mejor provecho?

 

Sácale provecho a la tele

 

Aunque está siendo desplazada por la internet, en América Latina sigue siendo el principal medio al que recurrimos los padres para “entretener” a nuestros hijos. Claro, cuando comienzan a surgir los problemas, naturalmente le echamos toda la culpa. Después de todo, nadie en su sano juicio es capaz de levantar la mano para defender a este medio tan vilipendiado.

Por otro lado, la solución no es llegar al extremo de prohibirles que la vean. Nuestros hijos sólo tienen que desarrollar la capacidad de discriminar, y nuestro papel es guiarlos en ese proceso.

Además, no hay que olvidar que la televisión también tiene influencias positivas.  Por eso te damos nuestras recomendaciones para que juntos hagan de esta práctica algo sano, y que además te permitirán aprovecharla como una herramienta para su educación.



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¿Cómo escoger un programa?

No hace falta tener una lista de los que son aptos para niños, ni que sólo los dejes ver el canal de documentales de la vida animal o el de recetas de cocina, sólo tienes que buscar los que ofrezcan:

Reflexión y aprendizaje

A lo mejor a tu hijo le sale urticaria en su clase de ciencias naturales o matemáticas, pero te apostamos a que si ve las mismas cosas en la tele, se interesará sin dolor. Tal es el caso de T-reto, en el que a través de juegos y experimentos, aprenderá acerca del mundo que nos rodea. Con programas como Mansión Foster para amigos imaginarios notará que es posible resolver los problemas de maneras no violentas

Modelos sociales positivos.

Lo que los niños ven afecta su forma de pensar, cómo quieren ser, la forma de entender su entorno y hasta su conducta hacia los que los rodean. Con El diván de Valentina captarán una forma positiva de interactuar con los miembros de la familia, y aprenderán a aceptar las diferencias de los demás. En Babar y Las aventuras de Badou, descubrirán el valor de la amistad y se darán cuenta que el mundo es un lugar poblado por diversas culturas que merecen ser conocidas

Personajes femeninos y masculinos fuertes

Muchas de las cosas a las que pueden aspirar, y la manera de auto-definirse provienen de los prototipos que perciben a su alrededor. Shaun, el cordero, presenta a una oveja que guía al rebaño a través de múltiples aventuras y ocurrencias dentro de la granja, pero eso sí, nunca pasándose de la raya con el perro que las cuida y el granjero. Angelina Ballerina puede ser considerada un ejemplo a seguir porque transmite la importancia de esforzarse para alcanzar lo que deseamos.

Actividades.

Para que tu hijo no sea una “plasta de sillón”, puedes escoger programas que lo estimulen a poner manos a la obra como Mister Maker, que muestra cómo puede hacer diversas manualidades con materiales que tienen a la mano; o tal vez descubrir un talento como la música con Jack y su gran show, en el que se familiarizará con los ritmos y cantará al lado de sus distintos invitados

Personajes históricos

No hay nada mejor que vean que los personajes de la historia no nada más se los pueden topar en los libros o en la escuela. En cada episodio de Un minuto en el museo, tres curiosos personajes les mostrarán los misterios que se encuentran detrás de diversas obras de arte.

Poco contenido comercial

¿Te sorprende que tus hijos te pidan un juguete nuevo cada semana o que se la pasen haciendo excursiones a la tienda para comprar golosinas? Esto es sólo el producto de todo el tiempo que pasan expuestos a los numerosos anuncios, sin mencionar que tantas pausas no permiten que realmente se enfoquen en lo que están viendo.

 

Te has preguntado: ¿La tecnología te separa de tus hijos?

 

Los siete mandamientos para el pequeño espectador

 

  • Acompaña a tus hijos
    Tal vez no te haga muy feliz tener que ver lo que escoge, pero es la única manera de supervisarlo y enterarte de dónde salen muchas de sus conductas que te toman por sorpresa. También es una oportunidad inmejorable para propiciar que participen y no sólo vean. Para esto puedes hacerles preguntas durante los comerciales acerca de la trama y de los personajes, y decirles que piensen en un final diferente, o poner de ejemplo a un personaje que sea deportista, que baile o cante para que lo imiten.

 

  •  No se conformen con lo que vean
    No es lo mismo llegar a “aplastarse” en el sillón y dejarse atrapar por lo primero que les llame la atención, o pasar canales al azar, que seleccionar previamente lo que quieren ver. Por ejemplo, en una de tantas veces que se conectan a internet, pueden consultar las reseñas disponibles, o hasta los foros en los que los padres externan sus opiniones acerca de los programas, y de esta manera identificar los que son aptos de acuerdo a la edad de tus hijos. Por supuesto, nada más hace falta que consulten los horarios y no prendan la tele nada más con el pretexto de “a ver si ahorita está tal programa”. También tengan la suficiente fuerza de voluntad para apagarla cuando haya acabado. Y si no le atinaron a la hora, pueden tener a la mano sus programas favoritos en DVD.

 

  •  Que la tele no reemplace la convivencia y otras actividades
    El primer paso es que, sin importar la calidad de los programas, no dejes que se pasen todo el tiempo que quieran enfrente de ella. Tarde o temprano tendrán que buscar otras actividades como jugar con otros niños, además puedes sugerirles que tomen clases de algo que les entretenga, por ejemplo manualidades, un instrumento musical, o que practiquen un deporte. Además, no permitas que la vean a la hora de la comida, cuando tengan que hacer la tarea, y durante el tiempo que tienen destinado a pasarlo en familia, ni que ningún programa se convierta en un “ritual” que les impida hacer otras cosas.

 

¿Cómo identificar si tu hijo es un screenager?

 

  • No es un recurso contra el aburrimiento
    ¿Te pasa a menudo que cuando tus hijos están insoportables, después de darte lata o pelearse entre ellos, terminan por ver cualquier serie que se encuentran porque no hallan qué hacer? Un estudio llevado a cabo por Eleanor E. Maccoby, de la Universidad de Harvard, encontró que los niños de clase media alta que se sienten frustrados, son los que pasan más tiempo viendo programas televisivos. Por eso, además de las actividades que ya mencionamos, puedes introducirlo en algún proyecto como armar un rompecabezas, hacer una maqueta, o una pintura, al que pueda recurrir cada vez que se aburra. Se ha demostrado que una de las razones por la que los niños tienen tantas horas de televisión es que no tienen estímulos.

 

  • Los programas están hechos por personas
    ¿Cuántas veces te ha pasado que tus hijos hacen o creen determinada cosa porque lo vieron en la televisión? Explícales que detrás de todo, ya sea caricatura, película, anuncio, serie, noticiero, etc., está el trabajo y el ingenio de alguien, que no pueden tomarlo como si fuera real y que los personajes suelen hacer cosas que las personas no pueden. También puedes hablarles de los distintos recursos de los que se suele echar mano como los ángulos de la cámara, la animación digital, los montajes, las maquetas, el maquillaje, entre otros, pregúntales cómo imaginan que se hizo cierta escena.

 

  • La violencia no es la solución
    ¿Cómo crees que va a actuar si ve que determinado personaje utiliza los golpes, sale a toda velocidad en un auto, explota cosas o le dispara a cualquiera para resolver un problema? Habla con él y dile que a diferencia de lo que ve, en la realidad las cosas no suceden así. La violencia sólo desata más violencia y esas cosas no las muestra la televisión. Dile que hay otros recursos para resolver los problemas o los desacuerdos como el diálogo y la negociación. Pregúntale qué hubiera hecho él.

 

  • Eviten los programas que les afectan
    Si no quieres pasar por una noche más de: “Tengo miedo, ¿me acompañas al baño?”, o “Mamá, papá, ¿puedo dormir con ustedes?”, por más que te suplique, no lo dejes ver los que has comprobado o sospechas que le da miedo, muestra imágenes impactantes, o de plano lo hace sufrir. Desde filmes de terror, caricaturas crueles, series impresionantes, noticieros amarillistas, imágenes o lenguaje para adultos –por supuesto–, hasta telenovelas dramáticas, más vale un berrinche en el momento que permitirle exponerse a un contenido que los sobrepasa.

 

Hay que resignarnos

 

La televisión es parte de la vida de nuestros hijos, y en vez de evitar a toda costa que estén expuestos a ella, resulta mejor que invirtamos nuestros esfuerzos en elegir programas que podamos utilizar para favorecer su desarrollo y convertirlos en espectadores activos.

A muchos papás se nos hace muy fácil encender el aparato y dejar que los niños pasen horas y horas frente a él, sin tomarnos una pausa para enterarnos de qué es lo que están viendo

 

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