Aprende a reconocer la motricidad gruesa y la fina
Esto se conoce como desarrollo psicomotriz, y reúne dos facultades: la de generar movimiento y la de hacerlo a voluntad. Para entenderlo, digamos que antes de que pudiéramos movernos por nuestra cuenta aprendimos a coordinar nuestro sistema nervioso con los órganos de los sentidos y los músculos. Tu hijo se encuentra justo en la etapa en donde estos mecanismos comienzan a relacionarse hasta unirse. Increíblemente, tú lo ayudas en este paso todos los días, con cosas tan sencillas como la interacción (ya sea entre ustedes dos, en la guardería o cuando socializa con la familia), ofrecerle un juguete acorde a su edad o brindarle espacios para moverse con libertad.Además: El movimiento es la clave para que tu hijo sea más inteligente
Diferencias
Esta fase del crecimiento vincula dos aspectos: el psicológico y el motriz. En el primero intervienen el pensamiento, el sistema nervioso y todo aquello que no es parte del movimiento. El segundo es más sencillo, y aunque tiene muchas subdivisiones, tu bebé está ejercitando la motricidad gruesa y la fina.Motricidad gruesa
Está involucrada en actividades donde utilizamos los músculos largos, como correr y saltar, y también en movimientos complejos como lanzar objetos o patear un balón; pero no es lo único a lo que recurrimos cuando apoyamos nuestro peso sobre un pie para jugar al avión. Para actividades complejas también es necesaria la madurez en las áreas motriz y sensorial de la corteza cerebral, así como huesos fuertes y músculos poderosos.
En 2011, una investigación auspiciada por el CONACYT arrojó que cuando la mamá da libertad al niño para palpar su medio ambiente, repentinamente le dirige algunas palabras positivas o tiene un acercamiento físico, favorece que realice cualquiera de las acciones que enumeramos. ¿Ves hasta qué punto es indirecto? Tú le hablas y él, para responderte, echa a andar toda una maquinaria que apenas se está ensamblando.
Otra cosa ocurre cuando no lo restringes y promueves sus conductas de exploración (obviamente, con límites y seguridad): fomentas su habilidad para controlar su cuerpo y equilibrio.
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Como ves, la motricidad fina comprende acciones de agarre y puede ser estimulada en casa; si lo incluyes en actividades diarias manteniendo un contacto cercano, incitas su habilidad para utilizar las manos, dedos y ¡hasta las uñas!
Tú eres un factor esencial en esta etapa: Se ha demostrado que las mamás que se involucran activamente mejoran los movimientos de sus hijos; sin embargo, las que padecen algún trastorno –como la depresión– disminuyen su sensibilidad y habilidad para interactuar.
Para bbmundo y Huggies, es importante asegurar el futuro de los mexicanos. Por esto, queremos que los papás aprendan a estimular los movimientos de su bebé con una mañana dedicada a ellos, en nuestro Master bbmundo Talks "Abrazando su desarrollo", el próximo 6 de octubre.