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¿Qué pasa con tu cerebro al ser mamá?

No sólo tu cuerpo cambia al ser mamá, el cerebro también será diferente.

Crédito: Tu cerebro también cambia al ser mamá.

Todas las mamás dicen que su vida da un giro cuando tienen un bebé, y es totalmente cierto. Pero este cambio va más allá de su figura o estilo de vida. Los cambios son, en gran parte, emocionales y se ven reflejados directamente en el cerebro.

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Recientemente, científicos han puesto atención en definir la relación entre el comportamiento de una mamá primeriza y la actividad que muestra su corteza frontal, el mesencéfalo, lóbulos parietales y otras partes del cerebro. Después del embarazo los cambios se dan principalmente en la amígdala cerebral, la cual procesa y almacena reacciones emocionales como el miedo, la ansiedad y la agresividad. Este cambio se relaciona con la nueva forma en que una mamá se comporta. La amígdala, al ser mejorada, hace a la mujer hipersensible a las necesidades de su hijo, por ello es que la mirada de su bebé tiene el poder de activar los centros de recompensa de su cerebro. Este circuito cerebral le da a la mamá una especie de “poción” que hace que la atención, el afecto y su forma de hablarle sean especiales.

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De acuerdo con la profesora Pilyoung Kim de la Universidad de Denver, en las nuevas mamás se han observado muchos cambios en las áreas del cerebro relacionadas con la regulación emocional, empatía e interacción social. Lo interesante es que esta misma área está relacionada con el complejo obsesivo compulsivo, similar al que los animales desarrollan pues se despierta el deseo de proteger a su hijo.



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Estudiar el cerebro de las nuevas mamás resulta más interesante ya que ayudará a entender por qué en esta etapa su ansiedad o depresión crece. Los especialistas dicen que los daños en la amígdala están asociados directamente con la depresión posparto, por ello, no es un tema que deba tomarse a la ligera.

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Una de cada seis mujeres sufre depresión posparto o conductas obsesivas compulsivas en los primeros meses de ser mamá. Ellas siguen un patrón que las hace pensar en las cosas que no pueden controlar, por ejemplo si su bebé está sano, enfermo o está respirando. Pero no todo es malo, también hay áreas del cerebro que se activan para ayudarlas a manejar los cambios de ánimo y el comportamiento de una nueva mamá. Los altibajos emocionales por los que pasan en el embarazo son para guiarlas en el cuidado de su hijo.

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¿Sabías que en 2011, un estudio demostró que las reacciones de una mamá son mayores cuando mira fotos de su hijo que de cualquier otro bebé? Los expertos registraron una fuerte respuesta en el cerebro (amígdala, el tálamo y otros lugares). Y por si fuera poco, la ansiedad y los síntomas de depresión también se vieron reducidos al ver esas imágenes.

Si te has sentido completamente diferente después de ser mamá, ahora comprendes cuánto es que tu cuerpo y cerebro se han transformado.

 

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