Muchas mamás quisieran que su hijo fuera el favorito de todas las fiestas y reuniones, pero no siempre será así ¿qué hacer si mi hijo cae mal?
Todas sabemos que el cariño de una madre por sus hijos es incondicional. No obstante, existen muchas creencias equivocadas que se han construido alrededor de este cariño, las cuales, además de generar expectativas irreales con respecto a nuestro rol, nos crean sentimientos de culpa.
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Me refiero a ideas como: «una buena madre debe amar a todos sus hijos por igual». ¡Qué equivocación tan grande! Seguramente todas están pensando: ¡Qué horror, Nancy! ¿Qué estás diciendo?» Pues eso mismo.
No podemos pretender que «queremos» por igual a un niño dulce, amoroso y dócil, que a uno agresivo, mentiroso, rebelde y grosero aun cuando se trate del mismo niño en situaciones diferentes. Aunque el cariño que sentimos por el niño permanece, lo que sí cambia es nuestra reacción emocional a sus conductas.
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Te propongo que cuando estés a solas contigo misma, reconozcas que las acciones de tus hijos no siempre son de tu agrado. Sin embargo, tal parece que la sociedad ha impuesto normas muy claras de conducta, como aquella que prohibe a las mamás experimentar sentimientos negativos hacia los hijos. En esta misma lógica, atreverse a expresarlos es, sencillamente inconcebible.
Estas preocupaciones no hacen sino empeorar las cosas: como si no fuera suficiente lidiar con la molestia que nos genera la conducta inapropiada del niño, ahora, además hay que sentirse culpable por ello. ¡Qué tortura!
¿Qué puedes hacer cuando tu hijo «te cae mal»?
- Lo primero que debes hacer es diferenciar entre querer y aceptar incondicionalmente todo lo que el niño hace. De esta manera podrás darte cuenta que, si tu hijo te «cae mal» no significa que no lo ames
- Poco a poco también aprenderás a identificar que aquello que te molesta o «te cae mal» son las acciones del niño, no el niño per se. Esto mismo puedes comunicárselo cada vez que le llames su atención o intentes corregir su conducta
- Es importante que desarrolles tus propios intereses y actividades, de manera que la conducta de tu hijo no determine toda tu vida. Curiosamente cuando las cosas salen bien, las dejamos pasar rápidamente, sin embargo, a veces basta un mal principio de día con berrinche incluido para arruinar la mañana o el día entero
- Encuentra actividades que puedas compartir con él y los hagan pasar momentos agradables juntos. Ver un programa de televisión, salir a tomar un helado o practicar un deporte que ambos disfruten, ayudará a aliviar la sensación de que «todo está mal»