fbpx

¿Por qué manipular a tu hijo no es el camino?

La psicoterapeuta Teresa García Hubard, te dice por qué no manipular a tu hijo y cómo obtener los mejores resultados en su crianza.

Todos los que somos padres sin duda alguna queremos lo mejor para nuestros hijos, lo que a veces no tenemos tan claro es cuál es el camino para lograrlo. Entonces ¿de qué se trata ser papás? Ser padres va de ser guías (sin expectativas) de lo que nuestros hijos son para que alcancen su mejor desarrollo, de conectar con ellos a todos los niveles para ser sus verdaderos guías y olvidarnos de las etiquetas en donde somos “buenos” o “malos” padres y tenemos “buenos” o “malos” hijos. Para lograr esto, debes empezar por dejar de manipular a tu hijo para que haga lo que tú quieres.

Las consecuencias de manipular a tu hijo

Los padres, sobre todo en estos tiempos de pandemia que va duró más de un año, hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos y ello merece ser nombrado y reconocido, y al ser tiempos especialmente complicados, muchos hemos caído en los extremos de permitirlo todo o de querer tener el control de todo, y no hay un punto medio.  Vamos disfrazando los castigos ilógicos y las consecuencias desproporcionadas, de “límites”, que en realidad son un ejercicio de manipulación y de coerción con los niños, y que, a la larga; no funciona.

Manipular a tu hijo o hija para que sea un ser “obediente”, es un error en la crianza que representa una revoltura de contradicciones y situaciones que constantemente ponen a prueba nuestra entereza o nuestra paciencia. Necesitamos recordar que los seres humanos somos complejos, máquinas perfectas anatómicamente hablando, pero emocionalmente somos un universo distinto unos de otros.

Es un absurdo creer que a los niños podemos “entrenarlos” para obedecer, lo que realmente necesitamos entender, que ellos como nosotros tienen necesidades vitales y afectivas y que la vida nos lleva por un trayecto constante que va de la armonía, al conflicto y luego a la reparación; y que, si criamos con lógica, con amor, con paciencia y con límites claros y constantes, NO significa que no va a existir el conflicto, significa que la reparación va a ser más sencilla.

Conoce: Lo que nadie te dice al criar a una niña

Dicho esto, podemos partir de que no hay familia, padres o hijos perfectos, todo es un aprendizaje y un trabajo en proceso de prueba y error, pero la psicoterapeuta Teresa García Hubard, nos comparte estos tips para que dejes de manipular a tu hijo y obtengas mejores resultados.



Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.

1. Conectar con tu hijo significa tener una comunicación efectiva y asertiva que no va a permitir llegar a la condición, a la manipulación o a la coerción de obligarlo a “algo”, porque entre ambos existe un entendimiento.

2. Para conectar con los críos importa el contacto visual, el contacto físico, la escucha activa. De ida y de vuelta. No imponer, no interrogar, no exigir que haya ciertas conductas emocionales entrenadas. Tenemos que perder el miedo a ser y a sentir, delante de nuestros hijos.

3. Los seres humanos necesitamos (todos) ser vistos, necesitamos de manera natural “testigos de nuestra existencia”, no podemos pretender conectar con un niño o con un adolescente al que no vemos o acompañamos de manera genuina: ordenar y controlar no es guiar de manera adecuada, se tratar de conocer quienes son realmente nuestros hijos en sus mejores y en sus peores momentos.

4. El amor incondicional no es sinónimo de permitirlo todo, y los límites claros no limitan el amor. Que un niño se sepa amado incondicionalmente crea el mejor lugar y espacio para un niño. Puedes limitar las conductas y amarlo siempre, no te enojes, define los límites, define la consecuencia inmediata, lógica y proporcional. No arrastres los conflictos para siempre y esto te ayudará a tener mejores resultados que manipular a tu hijo.

5. Crea y establece rutinas positivas en todo, para todos los miembros de la familia, hasta un código de ética familiar: “en esta familia somos…”, “en esta familia no hacemos…”, etc. Esto genera una autorregulación y resiliencia orgánica en los niños y aprenden a crecer con ello.

6. Límites y rutinas dan certeza y amor, crean un sentimiento de pertenencia y de seguridad. No los renuncies por aburridos, SIRVEN, contienen, guían, calman. Lo que queremos es sacar la ansiedad de nuestras vidas y la rutina y la vida simple brinda calma.

También: Porno en dibujos animados: una triste realidad que a los papás se nos olvida

7. Deja de etiquetar o de moralizar cada conducta. A veces los seres humanos actuamos o reaccionamos por impulso, ya está. Es lo que es. Por eso en los momentos donde no hay reacción es cuando hay que resolver y platicar, antes de la crisis. No todo es malo, y tampoco todo tiene una razón, a veces es suficiente con generar empatía más que una profunda y filosófica reflexión de lo acontecido. Ponte en su lugar, ponte en el lugar del afectado, listo. Resuelve desde el amor, no desde el enojo.

8. Revisa constantemente el impacto de tu conducta en los demás. Si, la tuya mamá o papá y vas a entender cosas que no son tan evidentes. Lo mismo les pasa a los niños. Ayúdalos a tomar esa perspectiva: ¿Qué pasa cuando pego?, ¿Qué pasa cuando muerdo?, ¿Qué pasa cuando insulto?… y es más probable que la conducta cambie. Apagar fuego con fuego es ilógico. Agredir para evitar una agresión también lo es.

9. Sé el adulto responsable. No el mejor amigo de tus hijos. No el papá o la mamá cool. Eres guía, ejemplo, referencia. Compórtate como tal y deja que tu corazón te de respuestas, no todo viene de afuera.

10. No tenemos que ser expertos en todos los niños, pero si en los nuestros. Saber y conocer quiénes son, sus miedos, su color favorito, su mundo, sus aspiraciones, no podemos pretender que alguien que no conocemos nos ame. El apego seguro se aprende en casa, las relaciones sanas también. Si queremos adultos íntegros y no rotos, hay que construir cimientos firmes y es ahora, no mañana.

Nadie nos enseña a ser padres pero siempre podemos aprender a hacerlo mejor. Deja de amenazar y esperar obediencia o amor a cambio; no funciona así. Este mundo necesita más seres empáticos y amorosos, resilientes, que realmente se adapten y fluyan, menos manipulación y más verdad.

También lee:
→Mamá de pandemia, mamá superhéroe
→Cosas que cambian cuando eres mamá y nadie te dice
→¿Cómo detectar si tu hijo podría tener alguna adicción?

Comparte esta nota

Más sobre este tema

Qué te pareció esta nota

0 / 5. 0

TAGS: