La «Gracia», en el método Montessori, va más allá de la mera etiqueta o protocolo social. Es la armonía entre el cuerpo y la mente.
A través de actividades como el cuidado de sí mismos, el manejo de objetos y la práctica de movimientos precisos, los niños aprenden a ser conscientes de su cuerpo y a comportarse con cortesía hacia los demás, evitando comportamientos bruscos o disruptivos.
La «Cortesía», por otro lado, se basa en el respeto mutuo y en el reconocimiento de la dignidad de cada individuo. Implica armonía consigo mismo y con los demás, utilizando nuestra energía en acciones de respeto y amor hacia los demás.
Esto significa que lo importante no es que los niños aprendan modales simplemente como una norma social que deben cumplir, sino que los interioricen como una verdadera expresión de amor por los demás.
Cómo enseñar valores a los niños, como la la Gracia y la Cortesía
Los niños son seres en movimiento y en las diferentes etapas madurativas que atraviesan en los primeros años de vida (0 a 3 años), debemos acompañarlos y guiarlos en esos movimientos exagerados, como arrebatar, empujar, pegar y todo aquello que pueda dañar a otro aunque sea una etapa normal que están pasando.
Por ejemplo:
En el desarrollo de habilidades sociales, los niños de 2 años son completamente egocéntricos y para ellos todo gira en torno a ellos mismos. Pero también es un buen momento para enseñar valores a los niños.
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Una de las frases favoritas de esta etapa es: «ES MÍO», ya que en su mente, todo es de ellos, y por eso les cuesta tanto compartir. Sin embargo, podemos aprovechar esta ventana como una oportunidad para enseñarles Gracia y Cortesía.
Imagina una escena donde tu hijo está arrebatando un juguete a un amiguito. En ese momento, con empatía pero firmeza, le enseñamos: “Es uno a uno”, tu compañero tenía el coche y estaba jugando con él, si quieres jugar con el coche, le dices: «¿Me lo prestas, por favor?», y si no, esperamos a que deje de usarlo, sin arrebatar, ni quitar ni empujar.
También aplica el esperar turnos, pedir permiso, pedir las cosas por favor y dar las gracias.
¿Cómo se piden las cosas? Es una pregunta que usé mucho con mi hijo Leonardo cuando tenía 2 años, y hoy, que tiene 3 años y medio, ha podido integrar todas estas enseñanzas.
“Para, no me gusta”: Esta frase (herramienta) también aplica cuando algún niño le arrebata un juguete o empuja a nuestro hijo mientras juegan, para marcar lo que les gusta y lo que no.
Te comparto un ejemplo de gracia y cortesía
Hace unos días estábamos dando un paseo en lancha con unos amigos, mi hijo tenía un juguete en la mano y su amiguita de 2 años lo empujó y le quitó el juguete. Leonardo se volteó muy enojado y le dijo: «Para, no me gusta, no me empujes». En ese momento me di cuenta de que había integrado todo lo que le había enseñado.
Es básico enseñar a nuestros hijos a discernir cuando algo no les gusta y algo les incomoda, sin golpear ni lastimar. De esta manera, también están aprendiendo a poner límites sanos.
Otro ejemplo:
¿Cuántas veces no escuchamos que no se debe obligar a nuestros hijos a saludar si no quieren hacerlo? Bueno, yo diría que una cosa es que nuestros pequeños no quieran saludar y otra es cómo saludar.
Por ejemplo, contestar un saludo es Cortesía, pero no obligar cómo saludar hace parte de la Gracia.
La decisión del cómo, es parte de enseñar valores a los niños: beso, abrazo, chocar las manos o dar un puñito son maneras de saludar que implican contacto con la persona que se está saludando. Aquí sí es válido que los niños decidan cómo quieren saludar, es aquí donde no se obliga. Pero es importante contestar el saludo con un: ¡HOLA!
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Los niños aprenden a tratar a los demás con amabilidad, consideración y empatía. Si se fomenta el uso de palabras amables y el respeto hacia las opiniones y sentimientos de los demás, aprenderán a resolver conflictos de manera pacífica y a cooperar en actividades compartidas, desarrollando así una sensibilidad hacia las necesidades y emociones de los demás.
Enseñar valores a los niños puede partir de enseñar la Gracia y la Cortesía son valores fundamentales que se cultivan en el método Montessori desde una edad temprana. Se enfatiza la importancia de ser consciente de nuestras acciones y de cómo estas afectan a los demás y al entorno.
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La promoción de la Gracia y la Cortesía en el aula Montessori y en la vida diaria de los niños contribuye a la creación de una comunidad respetuosa y armoniosa, donde cada individuo es valorado y apreciado.
En resumen, la enseñar valores a los niños y en especial los dos que revisamos, son dos aspectos esenciales que ayudan a los niños a desarrollar habilidades sociales, emocionales y prácticas que les permiten ser miembros comprometidos y respetuosos de la sociedad en la que viven.