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Mitos de la alimentación complementaria

Nuestra experta en nutrigenómica, te dice qué mitos de la alimentación complementaria es necesario dejar de creer y poder mejorar la salud de tu hijo.

Si tu bebé está por cumplir los seis meses o iniciará el consumo de sólidos, te recomendamos revisar estos mitos de la alimentación complementaria para que le pierdas el miedo a este paso que es primordial en su desarrollo.

15 mitos de la alimentación complementaria

 

1. Cuanto más tarde se introduzcan los alimentos alérgicos mejor (fresas, frambuesas, huevo y cacahuates)

Realidad: No existe evidencia científica de esto, de hecho lo que sí está comprobado es que la introducción temprana (desde el inicio de la alimentación complementaria) previene el desarrollo de alergia en edades posteriores. Por lo que se deben introducir de forma progresiva de acuerdo al grupo de alimentos que representa; por ejemplo, la fresa (grupo frutas), se debe dar durante 3 días únicamente como alimento nuevo y mantener el aporte de los otros 4 grupos (proteínas, cereales, grasa y verduras) de alimentos que ya conozca y hayan sido aceptados de forma adecuada. Es importante como uno de los mitos de la alimentación complementaria.

2. Si mi hijo desarrolla alergia a una alimentos nunca más se lo puedo dar

Realidad: Si tu hijo desarrolla alergia a algún alimento lo primero que debes hacer es suspender el alimento que le causo reacción y segundo informarle inmediatamente a tu pediatra, el lo revisará y te dirá si requiere algún tratamiento específico o debe ser evaluado por un alergólogo pediatra. Lo que sí, es que nunca debes darle algún medicamento sin indicación.

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3. Mi bebé tiene fiebre o diarrea por los dientes

Realidad: El proceso de erupción dentaría es todo un proceso y puedo ocasionar cambios en el estado de ánimo, incomodidad o irritabilidad; sin embargo no tiene por que causar fiebre ni diarrea. Si tu bebé está en esta etapa y tiene fiebre o diarrea puede tener una infección, la solución es acudir al padiatra a una revisión, no aplicar geles (que además no están médicamente recomendados) ni automedicar, ya que estos pueden asociarse a enfermedades de la infancia.



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4. No le des frijoles al bebé porque se va a distender

Realidad: Los frijoles son una opción de legumbre, una excelente fuente de proteína de tipo vegetal, al igual que las lentejas, garbanzos y habas. Pueden introducirse a la alimentación complementaria sin riesgo entre 8-9 meses. Siempre cocidos y en la textura acorde a su proceso de masticación. No dárselos es uno de los tantos mitos de la alimentación complementaria que debemos romper.

5. Si el bebé tiene sed dale tecito

No se recomienda el aporte de ningún tipo de tés en los bebés, de hecho está contraindicado ya que pueden causar problemas intestinales. La hidratación debe ser con agua simple a partir del inicio de la alimentación complementaria, podemos iniciar 2-3 onzas al día e ir incrementando progresivamente para que al año de edad consuma entre 6-10 onzas. Agua simple, sin sabores, sin azúcar. Buscamos que asocie sed con agua, no con azúcar.

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6. Si le das semillas al bebé se van a quedar pegadas en la pancita o tripa

Realidad: Esto fisiológicamente es imposible ya que, el estómago contiene ácido clorhídrico, el cual destruye todos los alimentos a tamaños moleculares para poder absorberse en el intestino, por lo que es físicamente imposible. Recuerda: nada se queda pegado en la tripa.

7. La alimentación complementaria se inicia con probaditas de frutas y verduras

Realidad: Esta antigua creencia hace más de 10 años quedó obsoleta, ya que comenzó a aumentar el número de bebés que tenían anemia. Como sabemos el hierro es un mineral presente en la lactancia materna, sin embargo la evidencia científica ha demostrado que aproximadamente a los 6 meses de edad las reservas del bebé son bajas, por lo cual la recomendación es iniciar con alimentos ricos en hierro como carnes o cereales fortificados. No chayote, zanahoria y calabaza.

8. Debes estar limpiando la boca del bebé con una cuchara mientras come

Realidad: El bebé puede comer y ensuciarse, esto va a ayudar a que conozca y entienda sus sentidos. La capacidad de quitar el alimento de los labios con su lengua se logra hasta los 10 meses, el estar retirándolo mientras come puede alterar este desarrollo fisiológico, lo ideal es comer y al terminar lo limpiamos.

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9. Cuándo ya no quiera comer, que termine en los brazos

Realidad: Esta práctica no está recomendada, ya que es force-feeding y altera toda la experiencia que buscamos a la hora de comer, la de respetar su saciedad, mantener una postura que le de información de dónde está ubicado su cuerpo y que pueda disfrutar.

10. En la mamila la leche y en el vasito el agua

Realidad: Desde que se inicia la alimentación complementaria podemos enseñar al bebé a tomar agua en vasito, primero ayudándolo y posteriormente lo hará el solito; de igual modo la leche. A medida que comienza la erupción dentaria lo ideal es que se vaya reemplazando progresivamente mamila por vasito, los niños que toman lactancia materna seguirán con su pecho y agua en vasito y los que hayan tomado fórmula podemos hacer la transición, recordemos que la leche es un alimento y a medida que el bebé crece se debe desplazar la mamila por vasito, ya que lo recomendado es que a partir del año todos los líquidos sean en vaso y por neurodesarrollo ya no necesita mamila.

11. No se puede cenar sandía

Realidad: La sandía es una fruta rica en licopeno, una fuente de antioxidantes, por lo cual se puede desayuna, comer o cenar como opción de fruta en cualquier comida principal o colación. Rompamos con uno de los tantos mitos de la alimentación complementaria.

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12.  “Échale tantita sal” Eso no le va a gustar porque no tiene sal

Realidad: El desarrollo del umbral de nuestras papilas gustativas, a la percepción de los distintos sabores, es con base en los sabores previos conocidos. Un bebé previo a la alimentación complementaria sólo conoce el sabor de la leche materna, por lo que no tiene conocimiento de “si tiene o no sal”; además de ello por la inmadurez renal está contraindicado sal añadida antes del año de edad.

13. Hay que ser estrictos con las porciones y cantidades

Realidad: No damos porciones ni cantidades, la alimentación es “complementaria” justo por eso, ya que complementa la lactancia materna no sustituye. Por lo que no nos interesan platos vacíos, nos interesa exposición a diferentes sabores y texturas, así como respetar su saciedad.

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14. Agrégale cereal a la leche para que duerma mejor

Realidad: La higiene y regulación del sueño no tiene nada que ver con el cereal en la leche, se regula progresivamente con la edad y con la formación de hábitos y horarios. El organizar el ciclo sueño en un bebé es fisiológico, no requiere un una asesoría especial, de hecho si no logra conciliar y llora de forma irritable, podríamos pensar en un problema de integración sensorial, cólico, reflujo u otra situación médica que requiere otro tipo de evaluaciones.

15. Un bebé debe ser capaz de sentarse solo para iniciar la alimentación complementaria

Realidad: A los 6 meses de edad sólo el 50% de los bebés son capaces de sentarse solitos, esto no es un criterio de retrasar la introducción de nuevos alimentos, el sentarse sólo es un criterio necesario para progresar a bastoncitos, ya que nos hace saber que ya cuenta con una adecuada coordinación mano-boca.

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